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Madres perfectas = Madres estresadas


Las madres de hoy se presionan mucho más que en décadas pasadas. Hoy en día se “sienten” presionadas socialmente, hay una tremenda comparación en la que no desean sentirse en desventaja, una competencia en la que se busca ser una “buena madre” (o lo que creen que eso implica). Sin embargo, sucede que aun con las buenas intenciones que pudieran tenerse terminan exigiéndose mucho y en ocasiones realizando un sin fin de cosas que realmente no son necesarias, ni sanas PARA LOS HIJOS.

En la actualidad muchas madres se enfocan en llenar lo que ellas interpretan como las necesidades de sus hijos, aunque no siempre sea así realmente. Por ejemplo: ¿es realmente importante para el hijo tener la fiesta soñada? ¿es realmente importante y sano para el hijo tener un exceso de actividades extraescolares? ¿lo hace más feliz estudiar 3 idiomas teniendo 7 años de edad? ¿realmente necesitan celular, tablet, estando en preescolar? ¿realmente los hijos necesitan de TODO el tiempo de mamá?

Veamos algunos MITOS sobre el rol de mamá, que nos boicotean en el intento de desempeñarnos de una manera más sana:

  • Mito #1. Ser una “buena madre” implica dar todo tu tiempo / siempre estar ahí

  • Mito #2. Los hijos son lo más importante, incluso que la pareja

  • Mito #3. Una “buena madre” siempre tiene que estar feliz

  • Mito #4. Debe dar todo lo que los hijos “necesitan”

  • Mito #5. Su felicidad la logra viendo a sus hijos felices

  • Mito #6. SIEMPRE los cuida en la enfermedad

  • Mito #7. SIEMPRE les da de comer

  • Etc.

Realidades sobre lo que implica el rol materno:

  1. Más que la cantidad de tiempo que se les brinde a los hijos, hay que dar tiempo de calidad

  2. Los hijos son importantes y se les ama incondicionalmente, pero no están por encima de la pareja. En la estructura familiar cada quien tiene su lugar: mamá y papá están arriba y al mismo nivel, los hijos estás abajo. Son jerarquías que se deben respetar para un sano desarrollo emocional. Cuando toda la atención de los padres gira en torno a los hijos, viven un gran vacío después de que los hijos se van (síndrome del nido vacío).

  3. Otra realidad sobre el rol de madre es que es sano mostrarse con altibajos de vez en cuando, no hay madres perfectas y las emociones son algo natural. Puedes estar triste, enojada, temerosa, pero eso sí aclara a tu hijo que nada tiene que ver con él y que te harás cargo de eso que sientes. Recuerda que no hay mejor manera de educar que con el ejemplo, y cuando te permites expresar esas emociones le estás enseñando a tus hijos a expresar sus emociones también. Además si todo el tiempo te muestras “feliz”, tu hijo se sentirá frustrado o extraño cuando experimente otras emociones como la tristeza o miedos, y puede tender a reprimirlos.

  4. A los hijos hay que darles tiempo de calidad, afecto, ternura, abrazos, educación y estímulos, ejemplos, respeto y valoración, límites con sus razones… tus hijos NO necesitan cosas costosas y hay que aprender el valor de conseguir las cosas a través del esfuerzo, y no solo el costo.

  5. Es sano tener metas en las diferentes áreas de tu vida y no ´solo como madre. La madre es primero persona, y aunque la felicidad de los hijos es algo que se comparte, es necesario que se de su tiempo para realización de deseos a nivel personal. Los vacíos personales no se compensan ni se llenan a través de los hijos.

  6. Otra realidad sobre el rol de madre es que la madre no siempre puede estar ahí cuando el hijo se sienta enfermo, pues sabemos que hay madres que requieren trabajar para sustentar a la familia y eso no las hace malas madres. No hay que sentir culpas, siempre y cuando se aseguren de que sus hijos estén atendidos el tiempo que no puedan estar presentes físicamente con ellos.

  7. Aunque las múltiples actividades de hoy en día hacen que sea más complicado comer todos los días juntos, o cocinarles las 3 comidas a los hijos, si es importante y muy recomendable hacer lo posible por comer en familia al menos 2 veces a la semana. Este es tiempo de calidad, que permite que la comunicación afectiva fluya. Son momentos que se comparten y enriquecen la relación pues favorecen la cercanía.

Entonces vemos que la angustia que muchas madres sienten es por la opinión que creen que otros puedan tener de ellas. Estas suposiciones de opiniones no son más que proyecciones de inseguridades que se tienen y ¡se vale tenerlas! Nadie nació sabiendo ser madre.

Lo importante es tener la intención de identificar fallas y poner de tu parte para seguir creciendo en esta área de tu vida, seguir aprendiendo. No hay madres perfectas, pero esto no es malo, ya que nos da la posibilidad de estar en una mejora constante. Situarse como “madre perfecta” genera frustración en los hijos, por no lograr abarcar todo lo que mamá es. Es sano mostrarse con fallas, siempre y cuando se les explique que los errores y tropiezos nos permiten aprender algo nuevo, ser mejores personas.

Pero lo más importante es que le demuestres a tu hijo tu afecto con atenciones, palabras, actos, tiempo de calidad, detalles, pero sobre todo amándote y atendiéndote a ti misma. Con el ejemplo le estarás enseñando a tu hijo a quererse y valorarse primero a él mismo, ser prioridad en su vida.

Lo más importante como madre es que te permitas disfrutarlo, que no vivas angustiada.

Escucha las necesidades de tu hijo, cubre sus necesidades, prémialo si se lo ha ganado, pero sobre todo, enséñale a esforzarse para ganar las cosas.

Así aprenderá el valor de las cosas y no el costo monetario.

Lic. Perla de la Rosa Torres / Psicóloga Clínica Y Psicoterapeuta

www.nuevaperspectiva.net / Facebook: Nueva Perspectiva Centro Psicológico

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